Contrario a la tendencia de los últimos seis años, los homicidios están disparados en las principales capitales y tienen en alerta a las autoridades de Cali, Medellín, Bogotá, Ibagué, Sincelejo, entre otras ciudades. El reacomodo de bandas al servicio de narcotraficantes, el rearme de desmovilizados de las Auc y el surgimiento de nuevas oficinas de cobro son algunas de las razones que explican la situación.
Según el analista Alejo Vargas, el crecimiento de los homicidios muestra un debilitamiento de las políticas de seguridad ciudadana de las alcaldías y, por consiguiente, de la seguridad, democrática del Gobierno. «Cuando las cosas van bien, los alcaldes reivindican sus políticas de seguridad, pero cuando van mal, como ahora, le echan la culpa a la seguridad democrática -sostiene Vargas-. Y son Gobierno y alcaldías los que deberían enfrentar este asunto. A las autoridades les falta más acción para controlar las bandas emergentes o nuevos paramilitares que prácticamente se han adueñado del territorio urbano». VER MÁS…
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Seguridad ciudadana en las Américas: Tendencias y políticas públicas 
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