Perú: Relación entre criminalidad y desigualdad en los 24 departamentos del Perú entre 2004 y 2011 / Lucía Basombrío / Antonio Ciudad

El documento completo será publicado en un Compendio de Tesis de la Universidad del Pacífico en el transcurso de este año.

RESUMEN

Como sabemos el Perú vive desde hace ya un tiempo un crecimiento económico sostenido. Durante la última década el PBI creció en promedio 6 por ciento. Como consecuencia de ello, el Coeficiente GINI, la medida tradicionalmente usada para medir la desigualdad bajó, entre 2004 y 2012, de 0.51 a 0.47. Además, los indicadores de pobreza también se han reducido. Sin embargo, observamos que las denuncias de patrimonio han aumentado, y continúan haciéndolo. A la luz de ello, nos planteamos una investigación con los siguientes objetivos:
Objetivo principal:
Analizar la relación que posee la criminalidad en cada departamento del Perú entre 2004 y 2011 con los índices de desigualdad monetaria, usando como proxy el ratio de denuncias de patrimonio y diferentes medidas de desigualdad monetaria como el Coeficiente de GINI y el Índice de Theil.

Objetivo específico:
Establecer relaciones entre la variable “criminalidad” con factores que afectan a la incidencia de crímenes como:

• Educación
• Desempleo
• Ingreso
• Distribución de recursos policiales

Además, las dos hipótesis que guían la investigación son:

• Existe una relación positiva entre desigualdad (medida por el Coeficiente de GINI y por el Índice de Theil) y criminalidad (medida por el número de denuncias registradas por patrimonio).

• A medida que la dispersión del ingreso en cada departamento disminuya, las denuncias registradas deberían disminuir.

Para analizar la información utilizamos un modelo de datos de panel, ya que se posee información de corte transversal para el conjunto de los 24 departamentos del Perú durante el período 2004-2011 que recopila información de la ENAHO representativa a nivel departamental para realizar una evaluación por efectos fijos. Además, consideramos que dado que no contamos con suficientes observaciones, un modelo pool sería el más apropiado para proporcionar resultados firmes.

La tasa de criminalidad con la que trabajamos corresponde a las mediciones de la Policía Nacional del Perú (PNP), el número de denuncias de patrimonio por cada departamento del Perú ya que en el país no se cuenta con una base de datos exacta del número estricto de crímenes cometidos. Nos centramos en las denuncias por patrimonio ya que otros crímenes como la violencia doméstica y sexual, no son crímenes de índole económica (Soares 2003).

Luego del análisis de los datos, encontramos que la criminalidad se explica en mayor medida por el ingreso, la desigualdad para el caso de los hombres, la tasa de desempleo, y el gasto de seguridad. Comprobamos, entonces, la hipótesis planteada: existe, efectivamente, una relación positiva entre desigualdad y criminalidad. No obstante, es interesante notar que esta se cumple para el caso de los hombres, mas no para el caso de las mujeres. Encontramos, así, que los crímenes son cometidos por lo general por hombres, algo que la literatura revisada parece no tomar en cuenta. Sin embargo, este resultado encuentra sustento en las teorías del comportamiento, que señalan que los hombres sienten presión por construir su identidad a partir de un ideal de masculinidad hegemónico basado sobre el poder, solvencia económica, estatus y dominio. A la luz de ello, consideramos que el crimen como opción para obtener recursos nace a partir de una situación de desigualdad en la que al no contar con las mismas posibilidades para salir adelante, este se vislumbra como una solución o alternativa.

También encontramos que la variable que resultó más relevante para explicar la criminalidad fue el ingreso promedio. En efecto, el llamado efecto envidia de la teoría de tensión de Merton justifica el acto criminal. Ante un aumento del ingreso promedio de la población cercana se genera un aumento de las posibles ganancias de cometer un crimen. Si bien el crecimiento económico en el Perú durante 2004 y 2011 ha generado un aumento del PBI por cada región, la tasa de denuncia de patrimonio ha aumentado de la misma manera. Precisamente, el hecho de que la riqueza monetaria no se da de manera igualitaria no ha generado igual nivel de bienestar en la sociedad. Lo que es más, el costo de oportunidad de hacer crímenes contra el patrimonio ha disminuido ya que se ha podido determinar que es considerado justificable para los criminales hombres.

En el Perú las oportunidades para que las personas puedan salir adelante económicamente hablando no están distribuidas de manera uniforme. De esta forma tenemos que el desempleo juega un papel muy importante al estar estrechamente vinculado al crimen. Para las personas desempleadas involucrarse en actividades delictivas puede aparecer como la única alternativa. Asimismo, si bien pensamos encontrar una relación entre las variables “gasto en seguridad” y “tasa de denuncia de patrimonio”, no obtuvimos un coeficiente significativo. Por consiguiente, resulta difícil cuantificar el efecto directo del gasto en seguridad sobre el crimen.

En vista de que la decisión de delinquir se basa, como hemos visto, en una decisión racional de ver las posibles ganancias de involucrarse en actividades delictivas, pensamos que una posible solución yace en políticas públicas que hagan frente a la desigualdad con una inversión significativa en educación que permita a las personas tener oportunidades de desarrollo similares. Ahora bien, ya que la inversión en educación es un proyecto a largo plazo, una solución inmediata puede ser invertir en educación técnica para personas desempleadas, como se ha hecho en otros países.

Para terminar, consideramos importante señalar que el crimen contra el patrimonio puede ser entendido como una forma de protesta. La marginalización, producto de la desigualdad de oportunidades, es consecuencia de una serie de factores idiosincráticos, como la extendida discriminación y racismo en la sociedad peruana. En esta medida, creemos que reflexionar sobre cómo estamos imaginando el crecimiento económico y las formas de perpetuarlo en el tiempo.

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